lunes, 8 de agosto de 2011

Venezuela en la mira de el Imperio "de la Justicia"

Existe la impresión que Venezuela con su riqueza petrolera sería el próximo país en la mira de ataque de Estados Unidos. Uno tendría que ser un ingenuo para creer que –después de las cruzadas militares norteamericanas sobre algunos países productores de petróleo en Asia y África—los grandes yacimientos petroleros venezolanos, hasta ahora fuera del control estadounidense, están a salvo del apetito de Washington.


La ahora permanente guerra de EEUU contra Venezuela por el petróleo, comenzó en el mes de diciembre del 2002 cuando la gerencia del gigante petrolero vnezolano PDVSA (Petróleos de Venezuela SA) se lanzó a la huelga involucrando alrededor de 20 mil personas.

Los enemigos de Chávez esperaban que la desestabilización a través del sector energético venezolano, las colas en las estaciones gasolineras y problemas con el suministro de gas doméstico, haría pedazos al régimen soberano, pero los seguidores bolivarianos no se rindieron. La huelga terminó en derrota -para los golpistas- en el mes de febrero del 2003 y PDVSA fue convertida en empresa estatal. La quinta columna enquistada en la empresa fue denunciada y muchos de sus dirigentes huyeron del país. Unos 15 mil empleados del sector petrolero fueron despedidos y las pérdidas producidas por el conflicto superaron los diez mil millones de dólares.

La reconstrucción de PDVSA fue una tarea árdua para el gobierno venezolano y para aquella parte del personal que resistió a las amenazas y el chantaje de los conspiradores. Las medidas que tomó Chávez apuntaron a fortalecer la OPEP, sometiendo la producción de crudo a una reglamentación y manteniendo precios razonables, esto contribuyó al aumento de la influencia que el cartel ejerce mundialmente. Rusia, cuya economía es fortalecida por los ingresos petroleros, se encuentra entre los beneficiarios. La acción de Chávez también ayudó a Cuba, país que era ampliamente percibido como al borde de una crisis energética.



Los pronósticos alarmistas acerca de Chávez y de sus planes, tales como la original marca venezolana de socialismo, el suministro de petróleo con descuento a países vecinos y el establecimiento de la alianza Petrocaribe, fueron agitado como un espantapájaro por analistas estrechamente vinculados a las grandes compañías internacionales petroleras pero no se concretizaron. El régimen político venezolano y la posición de Chávez en la política internacional se mantienen en gran medida por el potencial energético del país y el caso venezolano representa la simple verdad que el control estatal sobre las fuentes energéticas es en todos los casos, la clave para el mantenimiento de la estabilidad nacional.

Sería ingenuo creer la explicación norteamericana que afirma que las sanciones de Washington contra el sector petrolero venezolano y la empresa PDVSA se deben únicamente por haber enviado un buque-tanque con 20 mil toneladas de gasolina a Irán. El Sub Secretario de Estado, James B. Steinberg insistió, en un mensaje más amplio de advertencia, que compañías de otros países se exponen a sanciones similares si mantienen compromisos energéticos con Teherán.

En verdad, hasta ahora las sanciones impuestas contra Venezuela se perciben más o menos como un acto intimidatorio: el sector petrolero venezolano queda excluido de desarrollar contratos con compañías norteamericanas o con préstamos para importación y exportación sea incluso la adquisición de tecnologías avanzadas para la extracción y refinamiento de petróleo. PDVSA puede sobrevivir sin estas facilidades. Durante mucho tiempo la empresa se ha mantenido alejada del gobierno norteamericano y las finanzas estadounidenses y cuenta con un sólido parque de tecnologías.

Altos presupuestos para Armas

Venezuela figura como el país de América Latina que más redujo sus gastos militares (25%), en el quinto lugar en ese ranking. La mayoría de esas adquisiciones se han hecho en Rusia y China debido al bloqueo impuesto por Estados Unidos, que no sólo no vende los equipos necesarios para modernizar el armamento sino que, en violación de cláusulas de contratos suscritos por las respectivas compañías, no le suministran los repuestos necesarios, lo que ha obligado a canibalizar algunas unidades (sacarle piezas para instalarlas en otros), y dejar muchas totalmente inoperativas, como ha ocurrido con los aviones F16.


De acuerdo el índice del Sipri recién aparecido, los países de América Latina que tuvieron mayores gastos militares en el 2009 se clasifican en este orden, en millones de dólares, y seguidamente, la proporción del PIB:

Brasil 27.149 1,5
Colombia 10.055 3,7
Chile 5.683 3,5
México 5.490 (*)
Venezuela 3.254 1,4
Argentina 2.608 0,8
Ecuador 1.821 2,8
Perú 1.502 1,1
Uruguay 496 1,3
(*) Tuvo un incremento del 11% respecto a 2008 (4.940) para combatir el narcotráfico.

Es importante observar el gasto de Chile, el tercero en la región; puede compararse con la suma de los gastos militares de sus dos vecinos Argentina y Perú (4.110), no obstante que ambos son de mayor extensión y con más población que la de Chile. ¿Quiénes lo amenazan? Debemos agregar que esta proporción no es de ahora, sino que viene repitiéndose incluso en los años de gobierno de Bachelet.

Sin embargo, ustedes no han visto nunca a un jefe del Comando Sur de las Fuerzas Militares de EEUU advirtiendo sobre tan desproporcionado gasto militar chileno, ni han leído o escuchado algún comentario crítico, o de extrañeza, de los dirigentes de la oposición venezolana ni de algún organismo internacional preocupado por la paz y los derechos humanos.

La Manipulación sobre el petróleo

El tema petrólero en Venezuela es parte de la matriz de opinión que han querido inducir los apátridas al servicio del imperio estadounidense, y está destinada a confundir y crear falsos resentimientos en sectores de la población que tal vez no han comprendido la esencia de la política exterior venezolana. El denominado Pacto de San José fue creado por la IV república para vender petróleo en condiciones privilegiadas a los países más necesitados de la región. Eso estaba bien; era justo. Pero expresamente se excluyó a Cuba. Eso estaba mal; era injusto. El presidente Chávez eliminó la exclusión. Eso estaba mejor, y con todos fijó condiciones a largo plazo y acordes con su realidad económica y social. Unos pagan con dinero, otros con trueque de bienes y/o servicios, otros con ambos… Nunca hubo más moral, más solidaridad ni más justicia entre pueblos hermanos. Nadie pierde, todos ganan. Pero la indecencia internacional y sus lacayos nacionales manipulan a través de los medios y tratan de engañar a determinados grupos sociales. Son los mismos medios que ayer callaron, y muchos aplaudieron con habitual impudicia la miserable acción excluyente contra la soberana Cuba, la “pecadora” que ha enfrentado al basurero imperial. 

¿En que se invertía antes la renta petrolera? ¿No es cierto que con ella se enriqueció un sector de venezolanos y extranjeros, es decir, que fue a parar a los bolsillos de unos pocos? ¿Por qué Uslar Pietri llamó a “sembrar el petróleo”? ¿No es eso lo que se está haciendo, actualmente? ¿Qué motivaciones impulsaron el descenso de los precios del petróleo, en los últimos años del siglo XX, llevándolo a menos de 8 dólares por barril? ¿Por qué entonces, los gobiernos de turno (Carlos Andrés Peréz y Rafael Caldera) no realizaron acciones para revitalizar la OPEP y elevar los precios, sabiendo que constituía el 80% de la renta nacional? Ese pueblo hoy sabe que la “nacionalización del petróleo” fue una farsa, y que la meta verdadera eran su privatización. 

La renta petrolera ahora satisface las necesidades del pueblo, sin exclusión alguna. Las transnacionales del imperio y sus lacayos deliran inútilmente, pues el gobierno revolucionario se convirtió en sepulturero de sus ilusiones y puso punto final a la rapiña y el saqueo.